Sección 5. La Construcción de la Unidad del Actor

Los actores sociales se construyen como actores en procesos sociales; el individuo biológico opera como punto focal de esa construcción, pero los agentes sociales no se reducen a los individuos.

En las secciones anteriores hemos establecido una serie de rasgos y de postulados sobre los agentes de la vida social. Sin embargo, cuáles son esos agentes, cómo se forman, es algo que no hemos discutido. Este es una discusión de largo aliento en ciencias sociales, oponiendo tradicionalmente a quienes insisten en la prioridad del actor individual (toda la vida social se construye desde éste) de quienes insisten en que ese individuo es construido por la sociedad. A esa discusión se puede agregar posiciones más recientes que han insistido en el hecho que la categoría de actor no debiera reducirse a los seres humanos y debiera incorporar, por ejemplo, objetos; o simplemente dejar fuera de la vida social a los individuos, como ambientes de dicha vida social.

Un hecho básico es que en la vida social tal como la observamos efectivamente ocurre que cada agente aparece en un contexto donde hay vida social y esta lo conforma como actor. Toda discusión debe dar cuenta de ese hecho. Ahora para explicar como surge y se desarrolla la vida social usar como punto de inicio la circunstancia que ya existe vida social es dejar sin explicación el hecho mismo que interesa analizar. Si lo que nos encontramos es ante un círculo de relaciones entre el agente y la vida social hay que preguntarse cómo es posible construir (entrar en ese sentido) al círculo -mostrando en esa misma explicación como se conforma como círculo.

El individuo biológico, el cuerpo biológico, corresponde al punto de partida. No requiere una vida social (en particular, no requiere una vida social con las características que estamos analizando) para existir. El individuo biológico no es todavía un agente social. Constituirse en actor -con los rasgos que hemos venido analizando- es algo que se va produciendo en la interacción. En particular, es en la interacción que se constituye como un actor unitario. En la interacción con otros ocurre que los alter llaman a una cierta consistencia intertemporal (‘¿no habías dicho que?, ¿estas cosas son las que querías?, recuerda que prometiste ello’). El individuo sólo no requiere mantener esa consistencia, y de hecho en general a lo largo de su trayectoria vital ello no ocurre cabalmente; pero en lo que existe como un agente reconocible es en parte debido a las exigencias interaccionales recibidas desde otros agentes. Es en la interacción, además, que el agente adquiere y desarrolla las capacidades que hemos estado analizando -la comunicación se despliega comunicando con otros; no aprendemos solos sino con otros etc. Es la interacción entonces la que permite que el individuo biológico se transforma en agente social, y ello puede ocurrir en la interacción entre individuos biológicos que mutuamente se generan como agentes sociales.

Con ello, por lo tanto es posible entrar al círculo y constituirlo como círculo: una vez generado ocurre que hay vida social previa para constituirse como actor; y al mismo tiempo el proceso de constituirse y co-constituirse como actor es también permanente, las dinámicas del párrafo anterior son procesos que ocurren continuamente.

Si el proceso social puede constituir a los actores como actores, la pregunta es entonces si puede constituir a otros entes como actores sociales. La respuesta a ello es que es posible, y ocurre por las mismas dinámicas. Porque otros actores van reconociendo a un ente como un actor social y entonces lo constituye como un agente unitario con las mismas características basales que hemos estado analizando (aprendizaje, preferencias, comunicación etc.). Cuando se demanda a una organización se está tratando a la organización como un agente, capaz de tomar decisiones, capaz de responsabilizarse por consecuencias de sus acciones; y ello ocurre con respecto a la organización (por algo no se demanda a los individuos que estuvieron en ella, es la corporación la que produjo la falta por la cual la demando). Tan agentes se constituyen que a su vez toman acciones como agentes (es una corporación la que se querella contra mí). En estos procesos se constituyen como unidades que pueden aprender (y hay organizaciones que saben realizar cosas que otras no), de las cuales nos relacionaremos como si tuvieran preferencias estables (‘es una empresa y las empresas quieren…’). Todo ello a través del proceso que son reconocidas y tratadas como actores por otros, y al relacionarse como actores, son constituidos como tales.

Es, de hecho, con este tipo de actores que el hecho de la constitución de un actor social como tal se manifiesta como un proceso social. Es porque otros actores se relacionan con un actor colectivo como unidad (las diversas acciones tomadas por diversos agentes individuales son asumidas y actuadas como si fueran de un sólo actor) que se genera un actor colectivo. Es porque se generan recursos y prácticas que asumen esa unidad de actor, y donde esa unidad genera orientación para otros actores, que un actor colectivo emerge como un actor colectivo. ‘Yo no me comprometí a eso’ es válido para un actor individual, pero cuando se la acción se adjudica a un colectivo ese colectivo es el que queda comprometido. Se firma un contrato a nombre de un actor colectivo, es el colectivo el que firma el contrato; lo mismo para asignaciones de propiedad por ejemplo. Generaremos recursos específicos -por ejemplo, construir registros- que permiten construir una memoria institucional que es diferente de la individual.

Esa misma constitución opera al nivel individual. Sólo ocurre que en ese nivel la base para esa construcción (el cuerpo biológico) está disponible y no es generado socialmente; mientras que en un actor colectivo no existe tal base. Sin embargo, el actor qua actor social se construye, en ambos casos, a través de un proceso social.

Es importante enfatizar el límite de la afirmación: Lo que se constituye socialmente es el actor ‘social’, el actor pensado como una unidad. No menos, pero no más que ello. Algo que es menester recordar, y a veces se olvida al enfatizar el carácter social de actor, es que el individuo nunca es plenamente ‘social’. Siempre hay elementos que quedan fuera de ese proceso social. Precisamente porque es el proceso social el que genera un actor social como unidad coherente a partir del individuo biológico, se sigue que no todo en ese individuo es equivalente al actor social. El individuo siempre está dentro y fuera de la vida social, y el actor social individual es creado socialmente.

Si el proceso que nos constituye como actores sociales unitarios es que somos llamados y convocados a la coherencia por otros (o por procesos impersonales, el aviso de deuda por ejemplo) ello es un proceso continuo porque el individuo biológico nunca está sumergido plenamente a ese actor que es hecho coherente. Por ello es que esa coherencia siempre tiene algo de ilusión. Una ilusión que no es falsa, puesto que esos llamados tienen efectos (habrá que ver que se hace con esa deuda, para seguir el ejemplo).

La construcción social del actor no implica, más bien lo contrario, que el actor es plena y puramente social.

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