Sección 2. Interactuar y comunicar

No se puede interactuar sin comunicar, ni comunicar sin interactuar. Siempre es posible pasar de uno de esos términos al otro.

A partir del distinguir se puede comprender una serie de capacidades y atributos de los agentes que constituyen la vida social. En esta sección abordaremos las dos capacidades que con más claridad se desprenden del hecho que un actor es un actor entre otros.

La mutua imbricación entre interacción y comunicación es una consecuencia de algo mencionado en la sección 1: Que toda distinción implica una acción y viceversa, Para comprender dicha derivación se requieren algunas definiciones previas.

Lo primero es definir observación. Para los propósitos de este texto, una observación es una distinción reconocida. Ego realiza una distinción y cuando reconoce esa distinción (es consciente de ella) diremos que es una observación. Es posible definir observación de otro modo (como equivalente a distinguir por ejemplo), pero es útil diferenciar el distinguir simple del distinguir reconocido. En las definiciones que haremos a continuación usaremos ese concepto.

Decir que una acción es algo que modifica el mundo es equivalente a plantear que tiene consecuencias. Estas consecuencias (más aún si recordamos que una consecuencia de X puede, a su vez, tener otras consecuencias, o además tener en consideración la permanencia de dichas consecuencias) pueden ser algunas que el agente puede desconocer. Lo que implica que un actor puede encontrarse en una situación marcada por las consecuencias de un alter sin que esos actores lo reconozcan (y menos necesario es que ambos lo reconozcan). Ello marca una forma de interacción, o para decirlo de otra forma: resulta interesante y útil incluir esos casos dentro del ámbito de la interacción.

Por otra parte, también ocurren situaciones en las cuales ego y alter reaccionan mutuamente reconociendo esa interacción (observando esa interacción) -están orientados mutuamente por el otro, e incluso orientados por esa relación conjunta. He ahí todo otro espacio relevante de análisis para las ciencias sociales.

Luego, resulta útil disponer de dos definiciones de interacción.

Llamaremos a la situación en que la acción de ego produce consecuencias que afectan al menos un alter interacción. Cuando a su vez alter produce una acción con consecuencias para ego y esas interacciones son observadas tanto por ego como por alter, llamaremos a ello interacción plena. De estas definiciones se desprende que existen situaciones intermedias, pero por lo pronto nos interesa recalcar estos dos extremos.

La figura presenta la situación de interacción (mínima), una acción que no es reconocida y la situación de plena interacción cuando hay mutua interacción mutuamente reconocida. Ella permite visualizar las situaciones intermedias que mencionamos con anterioridad: Ego realiza una acción con consecuencias sobre alter que es observada por Ego. Ego realiza una acción con consecuencias observadas, y alter realizar una acción cuyas consecuencias no son observadas. Se puede complejizar a su vez si es uno de los actores (o ambos) los que observan la situación. Entre la situación mínima a la plena existe un amplio espacio.

El mínimo con el cual basta para que exista interacción es que exista una consecuencia de un actor sobre otro sin que siquiera alguno la observe. El otro extremo lo forma la situación en la cual todos los actores involucrados observan la existencia de la interacción y ambos están generando consecuencias (el hecho que esto sea recursivo es algo análogo a la idea de conocimiento común en teoría de juegos: algo que se sabe que se sabe y así a continuación).

Una distinción y análisis similar se puede hacer en torno a la comunicación. La situación más sencilla es aquella en la cual alter observa la conducta de ego (‘ego está haciendo X’), Es una posibilidad siempre permanente y no depende de la voluntad de ego. Esto es análogo a una acción de ego que tiene una consecuencia sobre alter que ego no conoce (a alter le pasa algo con lo que ego hace, sin que ello depende que ego conozca ello). Por lo tanto, definimos comunicación como aquella situación en la cual alter observa la que realiza ego (alter es informado a partir de lo que ego hace). También podemos pensar en el caso extremo de una comunicación plena, la que definiremos como la situación en la cual tanto ego como alter observan la conducta del otro, y además ambos actúan sobre el hecho de la observación del otro. No sólo ego ’emite’ información a alter (comunicación), sino que ambos mutuamente realizan y observan esas ’emisiones’ y actúan en torno y orientados por esas observaciones (alter observa que ego hace X, ego observa que alter hace Y, y tanto alter como ego observan (reconocen) la observación del otro y actúan sobre ella. Ese actuar que se realiza en torno a la observación del otro es lo que podemos denominar un gesto (ego realiza un gesto indicando así que está reaccionando a lo que alter ha observado de ego), y la comunicación plena es aquella donde lo que opera son gestos mutuos.

Si se definen de esa forma los términos entonces se obtiene la afirmación que está al inicio de la sección. En términos más específicos, cuando se tiene la versión plena de cada una se obtiene al menos la versión simple de la otra. Supongamos la versión plena de la interacción. Si ambos agentes observan la interacción, están realizando consecuencias uno al otro que mutuamente reconocen, entonces al menos tenemos una comunicación: Un agente está haciendo una distinción sobre el otro actor (alter observa que ego está haciendo X, ese X que es precisamente la consecuencia reconocida de la acción de ego en alter). Supongamos la versión plena de comunicación: ambos están observando mutuamente sus acciones y reaccionando a esa observación. Luego, eso implica que ego reacciona a la observación de alter y eso es una consecuencia de la acción de alter (porque observar es una acción), y con ello entonces hay al menos una interacción.

La siguiente pregunta es si las versiones plenas de ambos conceptos implican necesariamente la versión plena del otro concepto. A primera vista, dado que en ambas versiones plenas hay observación pareciera sencillo. Sin embargo, las observaciones no son idénticas. La interacción plena implica que ego y alter actúan con consecuencias entre sí y que observan esas consecuencias (y se orientan por ella). La comunicación plena implica que ego y alter observan que el otro está observando a uno y actúa sobre esa observación. De inmediato podemos observar que pueden existir interacciones plenas sin comunicaciones plenas: Pues basta con que la observación sobre esas consecuencias que realizan no sea sobre el hecho que están siendo observados. Ego construye un canal que desvía las aguas y afecta el riego de alter, y alter en consecuencia destruye ese canal para que las aguas lleguen a su territorio. Ambos observan esas consecuencias y actúan. Sin embargo, en ningún caso están actuando sobre el hecho de la observación (no realizan gestos). Por otro lado, la comunicación plena sí implica interacción plena. Si ambos actores se están observando entre sí y están actuando sobre (y en torno) a esa observación, entonces sucede que los dos actores están realizando una acción que tiene consecuencias hacia el otro (la acción que está siendo observada) y esas consecuencias están siendo observadas (y se orientan por ella).

Para lograr una equivalencia completa entre interactuar y comunicar necesitaríamos entonces preguntarnos bajo que condiciones la interacción plena se transforma en comunicación plena. Aquí se puede argumentar lo siguiente. Si la interacción se repite en el tiempo la presión hacia comunicar plenamente (en otras palabras, a generar una indicación sobre el hecho que se está comunicando, hacer un gesto) será alta. Dado que la interacción se mantiene eso quiere decir que aquello que está en juego esa interacción es relevante para los actores, sí es relevante entonces estarán atentos a observar, dado que están en interacción uno de los elementos relevantes de la situación es el otro actor. Por lo tanto, observar al otro actor e indicar sobre lo que está haciendo en la interacción, el intentar influenciar su acción, será probablemente relevante. En la medida que la interacción sea continua, entonces la presión para generar una comunicación plena aumentará.

El espacio no será siempre cubierto, pero su posibilidad disminuye con el transcurso de una interacción repetida. Luego, en conclusión, la comunicación y la interacción plena -al menos- implican las formas sencilla del otro concepto. Y si bien la interacción plena no requiere automáticamente comunicación plena, en la medida que la interacción se repite la posibilidad de una interacción plena sin comunicación plena respectiva disminuye.

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